La tecnología actualmente está omnipresente en nuestras vidas, la utilizamos en cualquier momento y para multitud de cosas. Internet y las Redes Sociales nos han hecho ser usuarios hiperconectados. Los smartphones van con nosotros en todo momento ofreciéndonos acceso a la información desde cualquier lugar. La tecnología nos ha hecho estar mejor informados y ser más eficientes.
Debido al uso que damos a la tecnología en nuestras vidas estamos cambiando nuestra manera de hacer las cosas y por supuesto, cómo nos relacionamos entre nosotros y con las marcas. El gran reto de las marcas hoy en día es adaptarse a las expectativas del consumidor digital, ya que el consumidor tradicional está desapareciendo y está en auge el nuevo perfil del consumidor: el cliente digital. Este ha incorporado y adoptado aptitudes tecnológicas para facilitar su vida y poder relacionarse de forma más sencilla con su entorno.
Este tipo de consumidor tiene acceso a la información desde cualquier lugar y en todo momento, por lo tanto, hablamos de un cliente con un gran poder, el poder de la información:
- Está mejor informado. Dispone en todo momento del acceso a la información para informarse, comparar y comprobar.
- Confía en opiniones de terceros. Consulta y se fía más de las opiniones y experiencias de terceros que de las recomendaciones de las marcas.
- Tiene un gran abanico de posibilidades. Puede acceder a múltiples posibilidades y cambiar a cualquier otra cuando le plazca.
- Es social y le encanta compartir sus experiencias con otros. Con las Redes Sociales tiene la posibilidad de difundir opiniones con facilidad.
- Es más exigente. Busca un valor diferencial, no se conforma con lo básico y habitual.
- Es más autónomo. utiliza la tecnología para no tener que depender de otras personas, ahorrar su tiempo y ser más eficiente.
Comprender al nuevo consumidor es un punto de partida importante para las marcas para poder desarrollar una relación con él.