Una campaña publicitaria es un conjunto de acciones que requieren de una importante inversión de recursos por parte de una marca. Es un momento de riesgo, pero también una importante oportunidad para dar un golpe sobre la mesa y hacer ruido.

Para que esa campaña sea más efectiva y vaya en sintonía con el conjunto de la estrategia de la marca es necesario cambiar el enfoque. De la idea tradicional de campaña publicitaria hay que cambiar a la de activación de marca. 

La estrategia de la activación de marca consiste en, partiendo de la plataforma de marca, pensar acciones que puedan ayudarnos a reforzar (activar) diferentes aspectos de nuestra identidad (valores, propósito…). Este método permite asegurar una plena sintonía entre nuestra acción con el resto de la marca y evita el riesgo de realizar campañas poco fructíferas, ya que, al margen del resultado comercial, siempre estaremos invirtiendo en construir nuestra propia marca.

La activación de marca puede ir desde eventos en vivo y activaciones en redes sociales hasta iniciativas de participación comunitaria, cada punto de contacto se convierte en una oportunidad estratégica para cautivar, inspirar y generar una conexión emocional con nuestros consumidores o posibles consumidores.

Además, la activación de marca permite a las empresas diferenciarse en un mercado saturado, destacando sus atributos únicos y posicionándose de manera distintiva en la mente de los consumidores. Al establecer relaciones más profundas y significativas con su audiencia, las marcas pueden cultivar la lealtad a largo plazo y convertir a los clientes en verdaderos defensores de la marca.

La activación de marca representa una poderosa herramienta para construir relaciones auténticas, fomentar el compromiso del cliente y crear un impacto duradero en un mundo cada vez más saturado de mensajes publicitarios.